Con los siguientes cuentos os propongo que trabajemos tanto la EDUCACIÓN EN VALORES COMO LA EDUCACIÓN EMOCIONAL, son "cosas pequeñas" como decía Galeano pero que pueden ayudar no solo a los más pequeños y pequeñas sino también a los adultos.
Espero que os gusten y comentéis cosas.
Lo que nos cuesta aceptarnos, ser diferentes a otros/as, la dramática situación del simpático elefante Elmer, que quiere ser de color elefante. Consigue superar su problema gracias a su sentido del humor y a la plena aceptación por parte de sus compañeros.
Se presenta el día a día de un niño llamado Lorenzo y sus cualidades y las dificultades que tiene que afrontar...
Lorenzo, que tiene que arrastrar un cazo rojo, siempre junto a él. A veces, el cazo le pone ciertas dificultades y retos en la vida que, gracias a la ayuda de algunas amables personas, aprende a superar poco a poco. Teniendo, de esta forma, que encontrar en donde antes solo veía aspectos negativos, los aspectos positivos de la vida.
Quizá, la principal moraleja que se esconde entre sus letras, es que las personas con discapacidad, que en este caso simula el cazo rojo, no tienen por qué querer deshacerse de ella, es decir no tienen por qué verla como un estorbo o una molestia.
¿Por qué la discapacidad va normalmente asociada a algo negativo? ¿Por qué creemos, de forma estereotipada, que aquellas personas discapacitadas no pueden, o sí pero de forma más dificultosa, hacer lo mismo que los demás?
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Este cuento de Gabriela Keselman nace de la diferente actitud que muestran los padres al despedir a sus hijos cuando se marchan por las mañanas al colegio. Unos les sobreprotegen, otros les dan órdenes más que consejos, otros no les dan ni una palabra porque piensan que no les hace falta. Chiqui sabe que su padre es un mago muy especial que le hace todas las mañanas un regalo maravilloso. Finalmente se descubre que el papá de Chiqui le desea a su hijo sencillamente todas las mañanas: “Chiqui, que tengas un día feliz”.Si tienes un papá mago… explora en el poder de la palabra, de la comunicación diaria con los hijos y juega un poco con eso de creer que los padres de los compañeros son mas formidables que los propios… algo que muchos pensamos cuando somos pequeños.
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Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna.
¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches,
miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla...
Esta es una historia de deseos que parecen -a primera vista- inalcanzables, como la luna, pero que consiguen hacerse realidad gracias a la cooperación.
Y así, a medio camino entre la fábula y la leyenda,
este relato le regala al lector una poética moraleja
que habla de generosidad, solidaridad y sueños compartidos; con una pizca de humor, la que aporta una luna sonriente, burlona y un poco saltarina.
Te veo serio y un poco triste.
¿Te sientes disgustado porque no saliste?
¿Te sientes disgustado porque no saliste?
Libro en el que los vegetales se preguntan sobre sus sentimientos y estados de ánimo. Así, algunos aparecen cansados, otros tristes, otros se creen diferentes, otros necesitan mimos para sentirse mejor. Las excelentes fotografías animadas harán las delicias de los más pequeños, a la vez que les enseñan que la vida es ciertamente compleja pero a la vez maravillosa.
Y este cuento no necesita muchas presentaciones, ni mucha información sobre la temática del mismo, escojo la dedicatoria que su autor Antoine de Saint-Exupéry dedicó a a su amigo León Werth:
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Y este cuento no necesita muchas presentaciones, ni mucha información sobre la temática del mismo, escojo la dedicatoria que su autor Antoine de Saint-Exupéry dedicó a a su amigo León Werth:
"Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan). Corrijo, pues, mi dedicatoria:
A LEON WERTH
CUANDO ERA NIÑO"
Y dedico este post a todos y todas las que se sienten niñ@s
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